Nos vigilan, nos espían, nos controlan, viven entre nosotros, residen donde menos lo podíamos suponer, son silenciosos, eficaces, malvados... y no son extraterrestres.
Son los Spy-wares o programas espía, son programillas que meten en nuestra máquina sin ser invitados y, desde escondites muy discretos se ocupan de estudiar nuestros hábitos cuando nos conectamos a la Red y enviarlos en secreto al controlador del programa espía para que, cuando pasemos por su Web, nos machaque con un tipo u otro de publicidad según nuestros intereses.
También se usa esa información para generar bancos de datos con nuestros hábitos en la Red (direcciones de correo electrónico, costumbres de navegación, sitios visitados...) que se venden a todo tipo de individuos sin escrúpulos.
En otros casos, el Spy-ware envía, sin que lo sepamos, informes completos sobre nuestro sistema operativo, sobre cada archivo de música que bajamos de la Red o, incluso, sobre las músicas que, simplemente, escuchamos en nuestro reproductor.
Y la cosa no acaba aquí, hasta los hay que pueden secuestrarnos el navegador de Internet, obligándonos a navegar sólo por donde el controlador del programa espía desea que lo hagamos.
Algunos nos ingresan dentro de cookies, otros van incorporados a los programas más diversos, tanto comerciales (que nos han costado dinero) como gratuitos, e incluso los puede haber en los sistemas operativos más comunes.
Todo un drama que la mayoría de internautas desconoce... pero los Spy-ware ya están ahí, dentro de nuestra máquina. Los antivirus no los detectan, pero basta con ejecutar un programa específico para verlos... y eliminarlos…..